Es importante personalizar el plan a cada compañía, tanto a su estructura y metodología de trabajo como a su actividad. Sin embargo, hay una serie de elementos que deben estar incluidos en todos los planes de prevención de delitos empresariales: análisis, control y seguimiento.
- Análisis. El paso previo a la redacción del plan es hacer un exhaustivo análisis de la situación de la compañía, los posibles riesgos a los que se enfrenta y las normativas que debe cumplir según su estructura de organización y el ámbito en el que trabaje. Solo así es posible redactar un escrito en el que queden estipulados todos los pasos a tomar por la empresa.
- Controles generales. Con estos se intentan evitar ciertos riesgos de carácter penal a los que se puede enfrentar una empresa. Toda la compañía debe cumplir unas leyes internas para no verse envueltos en un delito. En estos controles se incluyen temas diversos como la conducta de los trabajadores, el cumplimiento normativo y el sistema de seguridad tanto de cara a los empleados como de cara a los clientes.
- Seguimiento. Mantener el plan actualizado y acorde a las nuevas reformas legislativas del Código Penal y realizar un seguimiento de su cumplimiento es fundamental para su correcto funcionamiento.