Las criptomonedas son monedas virtuales que han apostado por los pagos más seguros. Surgieron en el 2009 de la mano de Satoshi Nakamoto, junto con Blockchain, la tan hablada cadena de bloques que ha permitido, en la actualidad, eliminar los intermediarios y descentralizar todas aquellas funciones realizadas por los bancos. De esta manera, el usuario se convierte en el gran gestor de su propio dinero.
Así pues, en consecuencia del desarrollo que ha experimentado esta moneda digital, ha aparecido el Blockchain y la consecuente formación de plataformas distribuidas, mucho más seguras y transparentes. Aunque, actualmente, ¡este bloque de cuentas no tiene una regulación específica!
La seguridad y privacidad de las transacciones son algunos de los aspectos que más valoran los que ya han puesto un bitcoin en su vida. Solo hay un requisito importante, ¡que existan varios nodos de unión para poder verificar dichas transacciones!
Y es que existen un sinfín de ventajas a la hora de apostar por la criptodivisa, como la utilización de técnicas de cifrado que se usan para realizar cobros o pagos seguros; la descentralización hacia las instituciones; la imposibilidad de falsificar o duplicar estas monedas; la posibilidad de cambiar estas por otras divisas o su privacidad de uso.
No obstante, también existen desventajas en el uso e inversión de criptomonedas. Y es que estas al no estar reguladas por el Gobierno o el Banco Central pueden ser usadas para llevar a cabo transacciones ilegales. Además, sus precios son muy volátiles, un aspecto que hace que la mayoría de empresas aún no hayan aceptado estas monedas digitales.