El primer paso será presentar una reclamación ante el Servicio de Atención al Cliente de la
entidad con la que se firmó el préstamo. Si, en un plazo de 2 meses, dicha entidad no se ha
pronunciado al respecto o lo ha hecho para denegar la reclamación, el propietario puede interponer una demanda judicial ante el partido judicial del prestatario o deudor, donde solicite
la nulidad de la cláusula por abusiva y la restitución de los gastos hipotecarios.
Es importante que el consumidor disponga de toda la documentación presentada por la entidad
financiera en el momento de firmar la hipoteca, así como las facturas emitidas por los servicios
prestados.