El 1 de marzo el Gobierno ya aplicó una reforma,
Real Decreto Ley 6/2019, en el que se hacía hincapié en la igualdad laboral entre hombres y mujeres, así como la posibilidad de poder
adaptar y reducir la jornada laboral según las necesidades familiares, y poder volver al horario anterior cuando las circunstancias del trabajador/a cambien y se justifiquen, incluso antes de lo que se haya pactado con la empresa.
Por ello, actualmente, gracias a esta reforma, las personas trabajadoras tienen el derecho de solicitar (aunque no de exigir) que una empresa se adapte a la jornada, sin la necesidad de tener que reducirla de manera obligatoria. Sin embargo, la empresa, si tiene razones para hacerlo, puede negarse a dicha petición, aunque siempre justificando el por qué, con un argumento objetivo.