La situación en la que se encontró, fue la siguiente: una empresa, inscrita en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, insistió durante mucho tiempo y de forma muy reiterada que operara con ellos en Bolsa.
Inicialmente, le pidieron una pequeña cantidad de dinero (5000 euros), realizando con ella operaciones intra día (comprar y vender el mismo día) y ganaban 30, 100, 50, perdían 25, pero iba bastante bien. El cliente podía ver, a través de la intranet de la Compañía, cómo iban sus inversiones.
Cuando ya realizaron la “demostración” le pidieron una cantidad mayor de dinero (20.000 euros) y ya no podía ver el carrusel, es decir, los movimientos de su cuenta, las operaciones que se realizaban. Le volvieron a pedir más dinero, hasta un total de 60.000 euros, aludiendo a que aquello iba “como una flecha” y que “en navidades brindaría con pingus”.
Los últimos 5000 euros se lo solicitaron, según ellos, para incluirle en un grupo selecto de inversores, cuando lo cierto es que su cuenta estaba en negativo y, por tanto, no podían operar. Desde noviembre y a fecha de hoy aún no ha podido saber en cuánto se materializa su inversión, o si lo ha perdido todo, puesto que a través de la aplicación “Meta Trader” puede comprobar un 0,01 euros de su inversión.
Es por ello que alertamos a nuestros clientes que sean precavidos a la hora de jugar en bolsa, y que jamás jueguen con el dinero que necesitan para comer. Además deben suscribir contratos con las empresas, donde se les informe de todos los riesgos, y también se actúe con plena transparencia, solicitando al cliente autorizaciones para realizar operaciones distintas a las acordadas inicialmente.
Asegúrense que las empresas que les contactan están inscritas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y sobretodo marquen muy bien las pautas del tipo de operaciones bursátiles que desean realizar.