es la denominación que recibe la nueva regulación, en vigor desde el 1 de enero de 2013, del gobierno estadounidense en materia de cuentas e inversiones de sus residentes fiscales fuera de EE.UU., con la finalidad de evitar que estos puedan mantener ingresos no declarados a través de entidades financieras en el extranjero. Sin embargo, para cumplir con este fin, la administración estadounidense requiere de la colaboración de dichas Entidades Financieras del Exterior (EFEs), que se convierten así en agentes retenedores de impuestos de EE.UU. Esto supone la necesaria implementación de una preparación especializada en los mecanismos de funcionamiento de las EFEs, además de la obligación de revisar sus políticas de privacidad con el fin de cumplir con las funciones informativas que esta regulación les atribuye. Ésta es una labor compleja y costosa que afecta a las EFEs a nivel mundial y que tiene, por lo tanto, un impacto extraterritorial de gran relevancia en el sistema financiero internacional. No deje de contactar con sus
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